El STEC-IC considera que el Gobierno de Canarias y la Consejería de Educación ocultan bajo el eufemismo de evaluación de diagnóstico la celebración en Canarias de las reválidas contempladas en la LOMCE. Además, se escudan en la Ley Canaria de Educación, dándole una interpretación particular y unilateral para implantar este curso una reválida pura y dura.

Llámesele como se le llame, estamos ante una evaluación externa. El STEC-IC siempre ha defendido una evaluación continua, democrática, global y que atienda a la consecución de objetivos y no de meros resultados, que aterrice en la realidad de cada centro, cada zona, cada alumno/a.

La reválida programada por la Consejería de Educación no la lleva a cabo profesorado externo. Sigue siendo una evaluación externa, pero la realiza el profesorado del centro que no imparta clases al alumnado que se someta a la prueba. Es decir, que la sobrecarga laboral recae en el conjunto del profesorado, que ya de por sí está sufriendo una situación asfixiante por el aumento de las tareas burocráticas.

Estas pruebas suponen una carrera de obstáculos para el alumnado y un desprecio a la labor docente. Reclamamos que sean los propios docentes y el equipo educativo quienes evalúen al propio alumnado, mediante la evaluación continua, ya que son los que tienen ese seguimiento diario, a nivel particular e individual de los alumnos.

Mostramos nuestro rechazo a evaluar competencias muy concretas (área matemáticas, lenguas…), desgajando de cualquier diagnóstico otras áreas tan importantes como, a modo de ejemplo, la Educación Artística. Además, esta evaluación atiende a la mera consecución de los resultados. Para la Consejería de Educación, la enseñanza se centra en la superación de pruebas y no en una formación académica global y personal del alumnado.

La intención de la Consejera de Educación de no publicar rankings de centros en función de los resultados, no está en ningún caso garantizada. No estamos de acuerdo en establecer niveles de rendimientos y trasladar a las familias información sobre “niños buenos, malos, intermedios”. No tenemos información sobre qué y cómo se tratarán los resultados obtenidos posteriormente.

Las evaluaciones externas suponen ignorar las condiciones en las que se desarrolla el aprendizaje, además de la influencia del contexto. El proceso de enseñanza-aprendizaje no es algo que se dé en un espacio vacío, en una caja preparada al efecto para recibir “el conocimiento”, sino que ha de tener en cuenta las poderosas fuerzas del entorno que decidirán cómo, cuánto y qué se enseñará.

El STEC-IC se dirige a la Consejera de Educación para reclamarle la paralización inmediata del protocolo iniciado para la preparación y celebración de las reválidas. Las tareas supondrán, además de lo anteriormente expresado, un incremento de trabajo descomunal y menores posibilidades para prestar la atención que merece el alumnado.

Señora Consejera, estas pruebas no servirán –como afirmó usted- para obtener una radiografía del sistema educativo.

Canarias, marzo 2016

Secretariado Nacional del STEC-IC

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